Cuando hablamos de campañas publicitarias nos vienen a la mente anuncios de grandes marcas con presupuestos millonarios y objetivos internacionales. Pero, ¿y qué pasa con las pequeñas y medianas empresas? ¿O los autónomos que, cual navaja suiza, deben realizar labores de gestión, contabilidad, comercialización y cuando tienen 10 minutos libres se pueden dedicar a su verdadera especialización?
Pues bien; aunque parezca imposible que Coca Cola y Refrescos Puri tengan algo en común aparte de vender bebidas burbujeantes, ambas necesitan aplicar una estrategia de marketing y publicidad basada en lo mismo: la lógica.
Sentido común, seny, tener dos dedos de frente, juicio, sensatez, criterio.
¿Obvio, verdad? Tal vez no lo sea tanto cuando, por deformación profesional, nos llevamos las manos a la cabeza al ver que una tienda que vende exclusivamente gominolas decide abrir en un local baratísimo que le alquila la madrina de un amigo, pero donde no hay ni un solo ser vivo menor de 60 años en 20 kilómetros a la redonda. O cuando una marca de moda juvenil compra un espacio publicitario en una revista “que se reparte en más de 1.000 puntos de distribución en toda la isla” porque la tarifa estaba rebajada un 20% sobre el coste habitual pero que resulta que solo se puede encontrar en todos los clubs de jubilados, bingos y centros de día de Mallorca.
Entre cientos de anglicismos pedantes (que estoy convencida vienen del término “pedo”, por el tufillo rancio que destilan cuando se escupen uno tras de otro en frases sinsentido) a veces se olvida uno de los pilares antes de elegir, siquiera, qué negocio poner en marcha y dónde: el análisis previo (me niego a llamarlo DAFO; me recuerda a la facultad y al profesor que utilizaba los mismos apuntes amarillentos para enseñar la materia desde los años 70).
Aunque dé pereza porque la idea de emprender esté mitificada por las pelis yanquis en las que Michael crea su negocio de éxito de la nada, haciendo un impulsivo salto de fe que le permite disfrutar de una casa en Malibú, tener un descapotable y visitar sus oficinas cada dos meses para dar charlas motivacionales, la investigación previa es esencial.
Analizar qué hay y no hay ya en esa ubicación si se trata de un negocio físico, qué gente vive o visita esa zona (edad, sexo, nivel adquisitivo medio, etc.) y sobre todo, qué puede ofrecer esa empresa a sus habitantes para que decidan contar con sus servicios en vez de con los de las miles de otras alternativas que podemos encontrar actualmente por tierra, mar y Google.
Si encima se trata de una empresa que ofrece servicios no geolocalizados, ese análisis necesita de más profundidad si cabe, teniendo que enfundarnos el neopreno, las aletas y la mascarilla (sí, aquí también hace falta) para bucear entre los peces abisales de la competencia online.
Pocos leads vas a conseguir si lo que ofreces es mucho más caro que lo que puede encontrar alguien en una empresa que ya conoce y en la que confía. Tu posicionamiento SEO/SEM parecerá un chiste cuando aquellos que accedan a tu web no encuentren ningún canal ágil de comunicación para consultar dudas de los productos que vendes, y tus followers como lágrimas en la lluvia se irán.
Por eso, desde la opinión de alguien que se siente identificada más con Bebidas Puri que con Coca Cola, que la pasión por lo que quieras ofrecer sea lo primero en suceder, permitiendo que luego sea escrutado por la lógica para venir seguido del corazón. Porque después viene la magia de las emociones y aquí las campañas de publicidad tienen mucho que aportar.