Desde Ramón de Campoamor hasta el décimo aniversario de C3PO

8 noviembre, 2021

Vivimos en una época de inmediatez, urgencias y todo para ya. Pero si lo miramos con un poco de perspectiva, nos estamos engañando “un poco” a nosotros mismos, ¿verdad? Como decía Ramón de Campoamor en su poema de 1846 “Las dos linternas”:

De Diógenes compré un día

la linterna a un mercader;

distan la suya y la mía

cuanto hay de ser a no ser.

Blanca la mía parece;

la suya parece negra;

la de él todo lo entristece;

la mía todo lo alegra.

Y es que en el mundo traidor

nada hay verdad ni mentira;

todo es según el color

del cristal con que se mira.

 

C3PO cumple diez años de vida en este mes de noviembre de 2021. Muchas veces comentamos cómo ha cambiado todo en este “pequeño” período de tiempo y de cómo al principio teníamos más tiempo para elaborar, para pensar, para desarrollar. No estoy seguro de que sea así.

Quizás el recuerdo nos lleva a dulcificar y “versionar” la realidad de aquellos días. Si es cierto que, probablemente, lo que nos puede ayudar a ver las cosas de otra manera es el cristal con el que miramos. Después de diez años hemos aprendido a ver el lado positivo, intentamos evadirnos de la urgencia generada de forma artificial y empezamos a ser capaces de mantener el foco en lo realmente importante.

Nuestro trabajo y el valor de  nuestro equipo reside en esa pausa que le ponemos a los problemas, a las necesidades que nos plantean nuestros clientes y cómo generamos soluciones que consiguen los objetivos que nos marcamos. Además, pensamos que nos ayuda a vivir de una manera más coherente, a ser mejores como equipo y como personas individuales. El proceso de crecimiento de nuestro equipo en los últimos diez años, con momentos muy duros y con otros memorables, empieza a dar sus frutos y nos hace llegar llenos de ilusión a esta fecha.

En C3PO nos gustan los colores, y por eso ya hemos elegido el color del cristal con el que queremos mirar los próximos diez años, junto a nuestros clientes, proveedores y amigos y familiares. Sin duda, nos quedamos con la linterna de Ramón. ¡Gracias a todos!

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