¿No os parece gracioso? Cada final de año empezamos a ver por todos lados esta palabra: “propósitos”.

-Yo me propongo apuntarme al gimnasio, dejar de fumar, comer bien y ser ASTRONAUTA-. Cada loco con sus realidades. ¿Porqué ocurre esto? ¿sentimiento de culpa? Por no haber cumplido tus objetivos este año. ¿La presión social? Tengo que proponerme algo ya que todos lo están haciendo.

Yo lo llamo ILUSIÓN, esa perspectiva mental de querer superarse, ese sentimiento de decir, tengo una nueva oportunidad y voy a aprovecharla. Una sensación de que hay un nuevo aire en el ambiente y quiero ser el primero en respirarlo.

Pero, y ¿en las empresas ocurre lo mismo? En nuestro caso rotundamente SÍ, en C3PO hay un individuo que tiene tanta ilusión que no le bastan propósitos para 2022, si no que los busca para 2024 (Os prometo que es cierto). Quizás ese es nuestro secreto, quizás gracias a esas ganas de crecer y seguir mejorando nos ha hecho llegar a los 10 años. Y los que nos quedan…

¿Y en el marketing? Nosotros podemos poner infinitos ejemplos de nuevos proyectos de año nuevo, nuevas ideas alocadas o incluso cambios de estratega de 180 grados. ¿Por qué ocurre esto?, no es que nuestros clientes se hayan dado un golpe en la cabeza, si no que se busca un aire fresco, diferente, conseguir un viento a favor que les ayude a comenzar bien el año.

Imaginaros que os viene un posible cliente un 4 de enero y os dice: -me he despertado hoy que no me gusta mi logo, ni mi web, mis colores corporativos los veo apagados y mi comunicación le falta gancho-. ¿Qué haríais? A parte de pensar ha caído por el lado torcido de la cama… Nosotros le apoyaríamos, le aconsejaríamos y le diríamos qué es lo correcto y lo que no. Un cambio no siempre tiene sentido, pero él está en todo su derecho a pedirlo, somos nosotros, sus responsables de marketing, los que debemos decirle si se está equivocando o si va en el lado correcto. El error sería decir sí a todo porque lo pide el cliente.  Hay que conocer el objetivo de nuestro cliente y aconsejarle en la mejor medida. Porque el cambio que pide no es más que una ilusión de mejorar y seguir creciendo.

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